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REGRESAR La imprevisibilidad del juego Aviator lo hace popular entre los entusiastas de las apuestas en línea
FIESTAS DE
ANIVERSARIO DE LA CORONACION
La
palabra Corona, proviene del vocablo latino corona. Antiguamente se le daba
el nombre de corona a un cerco de ramas o de flores naturales o imitadas, o
de metal precioso, que más que adorno, era ya una insignia de honor,
dignidad o grandeza. Es figura de honor y esplendor. También es señal de
premio, recompensa, agradecimiento o consagración.
Hay tres
factores principales en el simbolismo de la corona:
1.- Su sitio en el vértice de la cabeza significa que no solamente comparte
los valores de la cabeza por ser la cima del cuerpo, sino también los
valores que la rebasan: El don que viene de lo alto.
2.- La forma circular nos indica la perfección y la participación de lo
divino, cuyo símbolo es el círculo, une en el que es coronado lo que está
por debajo de él (ella) y lo que esta por encima. Marcando los límites une
lo terreno y lo celestial, lo humano y lo divino.
3.- La materia de que está hecha la corona, ya sea de flores, hojas o
metales preciosos, precisa en sí misma, por su consagración, la naturaleza
del acto heroico cumplido y la del premio divino atribuido. A partir de todo
esto se concibe que la corona simbolice una dignidad, un poder, una realeza,
el ascenso a un rango, superior
Otros
simbolismos de corona también son: elevación, poder, iluminación, luz; desde
antiguo la corona aparece con puntas que representan rayos de luz. En
simbolismo cabalístico significa lo absoluto. En Grecia y Roma es signo de
consagración a los dioses y sus estatuas están coronadas generalmente con
las hojas de árboles o frutos consagrados a ellos.
La
corona tiende a asimilar al que la porta con la divinidad. Significa también
en ocasiones el símbolo de la luz interior, que ilumina el alma de quien ha
triunfado en un combate espiritual Es por eso en la corona irradiante se ve
el grado más elevado de la evolución espiritual. La corona sirvió más tarde
para designar toda superioridad y para recompensar una hazaña o méritos
excepcionales.
En la Sagrada
Escritura (Biblia) uno de los pasajes más ilustrativos acerca de este tema
es el de Apocalipsis, Capítulo 12, versículo 1 que a la letra dice: "Una
mujer revestida de sol. Con la luna a sus piesy una corona de doce estrellas
en la cabeza".
A los
cristianos se les promete la herencia del reino de Dios. Esta meta es
considerada por la S. Escritura como entronización y coronación.
María, para
siempre, ha conseguido el Reino de Dios, ha conseguido la "corona de
gloria", la "corona incorruptible", la "corona de la vida". La palabra
corona aparece 18 veces en el Nuevo Testamento y expresa excepto al
referirse a la corona de espinas-, el don de la Fidelidad a Cristo y del
amor a Dios, es signo de victoria y de luz como una aureola luminosa en
torno a la cabeza del hombre. La madre de Jesús, que ha conseguido la corona
de la vida glorificada, no puede ser considerada sólo en su existencia
terrestre, sino también en la celestial.
Al hablar de
María como Reina coronada, nos referimos a aquella que, sentada junto al rey
de los siglos, intercede por nosotros como Madre y resplandece como Reina.
Es Reina y Madre por ser la Madre del Rey y ejerce su realeza como una madre
para nosotros.
Porque coronar
a Nuestra Madre la siempre Virgen María es el reconocimiento de la Soberanía
Universal de María, es un juramento de fidelidad incondicional y una
consagración plena del servicio de nuestra Reina celestial, y es el acto del
máximo honor que en la tierra pueden tributarle los pobres hijos de Adán a
la Madre de Dios. Con ser tan opulento el culto de hiperdulía que
corresponde a ella, ya no podemos ofrecerle cosa más excelente en este
mundo.
El 28 de
febrero de 1919, la Santa Sede nombró quinto Obispo de Querétaro al que
entonces era Administrador Apostólico de la Diócesis de Veracruz D.
Francisco Banegas Galván. Juzgamos que fue inspiración del cielo que el día
8 de junio de 1919, domingo de Pentecostés en que su Señoría D. Pedro Vera y
Zuria presentó los respetos del Cabildo de Querétaro al Excmo. Señor Banegas,
le haya obsequiado una pequeña imagen de Nuestra Señora del Pueblito. Con su
vastísima ilustración recorrería su Excia. Rdma. la historia del culto y
devoción a la patrona de los queretanos, y encontraría que faltaba por
tributársele el homenaje de la Coronación en nombre y con autoridad del
Soberano Pontífice, y desde entonces acariciaría el importante proyecto.
El Señor Obispo
comunicó su pensamiento al M. I. y V. Cabildo, quien aprobó de conformidad.
Lo comunicó asimismo al M. R. Padre Provincial de los Religiosos
Franciscanos de la Provincia de Michoacán Fray Buenaventura Tovar y en unión
con él dirigió a la Santa Sede esta petición:
"...Deseando, pues satisfacer y fomentar más y más la piedad de estos
pueblos para con la Santa Madre de Dios y de los hombres, se digne coronar,
en nombre suyo, con regia corona esta antigua imagen de la Santa Madre de
Dios, honrada ya con tantas pruebas de devoción de la Silla Apostólica;
dando poder a la persona que pareciere bien, para que haga en estos las
voces de Vuestra Santidad."
Querétaro año de 1922.
El primero de
octubre del mismo año, el Santo Padre accedía a los ruegos de los
respetabilísimos prelados con estas palabras:
"...Con el fin de promover y aumentar la piedad del pueblo, que, la dicha
imagen sea coronada de oro, como si se hiciera por nuestras propias manos.
Por lo que Nos que nada deseamos tanto, como el qué todos se inflamen en el
amor a la gran Madre de Dios, con toda buena voluntad satisfacemos este
deseo.
Por tanto,
venerable hermano, que representas a la Silla Apostólica en esa región, te
damos la comisión de que impongas con solemnes ceremonias, con nuestra
autoridad y en nuestro nombre, una corona de oro a la imagen de la Beatísima
Virgen del Pueblito, y concedemos indulgencia plenaria de sus pecados, la
que puede ganarse una sola vez con las condiciones acostumbradas, a todos
aquellos que asistieren a esa solemnidad.
Dado en Roma
junto a San Pedro el día 12 de octubre de 1922, año primero de Nuestro
Pontificado."
El 17 de enero
de 1923 fue expulsado de la República Mexicana el Excmo. Monseñor Dr. D.
Ernesto Filippi a quien el Santo Padre había comisionado para que en su
nombre coronara a la Venerable Imagen. Por consiguiente, el Excmo. Señor
Banegas elevó una nueva petición al Soberano Pontífice rogándole nombrara
persona que la coronara. Su Santidad se dignó conferir ese encargo al
Dignísimo Metropolitano de la Provincia Eclesiástica de Michoacán Excmo. y
Revmo. Sr. Dr. y Maestro D. Leopoldo Ruiz y Flores, el día 7 de junio de
1923.
No demoró por
mucho tiempo el Excmo. Señor Banegas la ejecución de la voluntad augusta de
su Santidad Pío XI. El 12 de octubre del mismo año, en una Carta Pastoral
dio el anuncio de que la Coronación sería el 8 de enero de 1924. Se comenzó
entonces a despertar el entusiasmo y la organización de la colecta de
fondos; ocho sacerdotes misionaron en todas las Parroquias para preparar
dignamente las almas.
Todo marchaba
prósperamente hacia el suspirado día de la Coronación, cuando el 7 de
diciembre de 1923 estalló el movimiento delahuertista en Veracruz y Jalisco,
sembrando la inquietud en el país, principalmente en nuestro Estado donde a
mediados de diciembre desaparecieron los Poderes. Tal situación que se
prolongó por más de cuatro meses, obligó al Excmo. Señor Obispo Diocesano a
atrasar la Coronación, anunciándolo a los fieles por medio de una circular
fechada el 25 de diciembre de este año. También se suspendió la colecta de
limosnas, para reanudarla días antes de la ceremonia.
Entonces se
juzgó prudente aplazarla para el día en que celebraría la Diócesis la
festividad litúrgica de Nuestra Señora del Pueblito en el año de 1925.
Plutarco Elias Calles es electo presidente el primero de diciembre y en su
gobierno se estuvo gestando la persecución religiosa que estalló a
principios de febrero de 1926 y en Querétaro se calmó hasta julio de 1936.
Entretanto, el 3 de octubre de 1932 salió desterrado a la vecina República
del norte el Señor Delegado Apostólico D. Leopoldo Ruiz Flores, cuyo exilio
se prolongó hasta su muerte, y el 14 de noviembre de 1932 entregó su alma a
Dios el Excmo. Señor Banegas, sucediéndole en el gobierno de la Diócesis el
Dr. D. Marciano Tinajero y Estrada. Este deseaba ardientemente que el cielo
le concediera la dicha y el honor de cumplir lo que el Señor Banegas no pudo
realizar.
La
muerte del Excmo. Señor Leopoldo Ruiz y Flores el 15 de diciembre de 1931,
retardó más aun la Coronación. Fue necesario que nuestro Rvdmo. Obispo, en
enero de 1943, dirigiera al Sumo Pontífice se dignara delegar persona que la
efectuase en sustitución del llorado Señor Arzobispo de Morelia. El 7 de
octubre del mismo año contestó el Santo Padre Pío XII a la petición,
comisionando al obispo de Querétaro para que en su nombre coronara a la
Bienaventurada Virgen María del "Pueblito".
Habiendo pedido
antes la opinión de que la Corona que se le impusiera fuera más grandiosa
que la que se había hecho en Madrid al limo, y Revmo. Señor Abad de la
Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe Lie. D. Feliciano Cortés; a
principios de 1946 encomendó al orfebre de Puebla, D. Francisco J. López
tenido por muy hábil y honrado, la manufactura de esas coronas, encargando
las gestiones de ese negocio al Sr. Cura Párroco del Sagrado Corazón de
Jesús Pbro. D. Cesáreo Munguía.
Lo
que luego siguió fue establecer la fecha de la Coronación, y se pensó en el
15 de agosto fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, en el 22
del mismo mes en que se celebra la fiesta de su Inmaculado Corazón, en el 8,
12 y 24 de septiembre y 7 y 11 de octubre en que ocurren solemnidades
mañanas. Después de serias deliberaciones, se fijó el 17 de octubre,
teniendo en consideración que en ese día no habría los inconvenientes y
dificultades para que concurrieran a la Coronación los Rvmos. Prelados, los
sacerdotes encargados de Parroquias y los RR. PP. Franciscanos de la
Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán.
Por otro lado,
acordó el Comité que los fieles rezaran algunas preces durante todo el
tiempo que precedería a la Coronación. Un solemne Novenario precedería y un
solemne Octavario seguiría a la Solemnidad de la Coronación. Se haría un
himno con texto y música de queretanos; habría un Congreso Mariano; se
imprimiría el "Compendio Histórico de la V. Imagen de Nuestra Señora del
Pueblito y de su culto"que escribió el M. I. Sr. Cango. D. Vicente Acosta;
no faltarían un suntuoso banquete y una velada grandiosa; festejos de
carácter profano. Se nombrarían comisiones que se encargarían de la colecta
de fondos, de las invitaciones y anuncios, de transporte y hospedaje, de
obsequios y recuerdos conmemorativos, de ornato, de ceremonial de orden, del
arreglo de la Sagrada Imagen, de prensa, fotografía y taquimecanografía, y
de la formación del álbum conmemorativo.
El
Señor Obispo de Querétaro D. Marciano Tinajero publicó su Décima Carta
Pastoral, en la que anunció a los fieles la Coronación. En el día en que se
señaló, se renovó ante la Sagrada Imagen de Nuestra Señora del Pueblito el
juramento del Patronato que la Virgen ejerce sobre toda la Provincia
Franciscana de Michoacán.
La Coronación
A
las 19:00, del 16 de octubre de 1946, y^-A en el templo N.S.P San Francisco
* un ^Vrepleto en el presbiterio de sacerdotes, religiosos y seminaristas se
dio comienzo a los solemnes maitenes. D. Julián Zúñiga hace su aparición por
los cruceros de la legendaria iglesia, nuestro Rvdmo. prelado seguido por el
M.l. y V. Cabildo, por los M.M. II., representantes de los cabildos de las
basílicas de Guadalupe y de la catedral de león, y por los señores párrocos
de la ciudad. Oró breves momentos su Excía. Rvdma. en la capilla del
Santísimo Sacramento que se guarda en la capilla anexa de nuestra señora del
Perpetuo Socorro. Da inicio el Orfeón con jubilosa majestad: Celebramos
gozosos la fiesta Santa de la Inmaculada Virgen María. Llevando acabo el
acto litúrgico de la iglesia con himnos, lecciones, responsorios y antífonas
las cuales nos hablan de la belleza, excelsitud y gracia de la virgen, a
quien se iba a Coronar en pocas horas.
ARRIBO DEL EXCMO. RVMO. REPRESENTANTE DEL PAPA.
Mientras
tanto la ciudad era todo movimiento principalmente por el rumbo de la Cruz,
por donde llegaría en esa noche el Excmo. Y Rvmo. Sr. Dr. Luis María
Martínez Arzobispo de México representante Pontífice de nuestra Nación.
Desde las seis de la tarde ya esperaba la multitud por los arcos, su llegada
fue a las 21:00 hrs. Por la carretera México. Más allá de los Arcos lo
esperaba un carruaje abierto, al que se digno subir y que lucia los colores
Pontificios con un hermoso arreglo de flores. La carretera estaba invadida
por la multitud que al paso del ilustre Príncipe aclamaban al Papa, por
delante un grupo de ciclistas, de charros y la banda militar del Instituto
Queretano tributaban un homenaje de fervor al alto Príncipe del glorioso
episcopado Nacional. A tras, una abigarrada multitud aplaudíay vitoreaba por
las calles de Felipe Luna, 5 de Mayo y Pasteur Norte, se llego a la 16 de
septiembre en la conocida casa de D. Manuel M. Úrquiza, donde sería alojado.
La multitud no se retiro si no hasta que su Excía. Salió por uno de los
balcones y los bendijo, al instante dejó escapar una sonrisa entre sus
labios de agradecimiento y comprensión.
LA VIGILIA DE ADORACIÓN NOCTURNA.
A
las 22:00 hrs. A penas terminados los solemnes maitines, dio principio en el
Templo de San Francisco, la Vigilia extraordinaria de peregrinación, que
había sido convocada por el consejo Diocesano de la Adoración Nocturna
Mexicana en Oro. Asistieron numerosas representaciones de todas las
secciones establecidas en la Diócesis las cuales eran: Querétaro, San José
de Iturbide, Amealco, Hércules, Cedereyta Montes, Arroyo Seco y Colón bajo
sus respectivas banderas con un total de 493 Adoradores.
La
Vigilia se celebró con fervor instituido por las solemnidades precedentes
del novenario, por el Excmo. Y Rvdmo. Sr. Obispo Titular de Jasso, Dr. D.
Salvador Martínez Silva. Con un sermón acerca de la adoración que debemos a
Dios en la Santísima Eucaristía. Después se celebró la misa solemne de media
noche por R. P. Fr. Rafael M. Soto Ministrado RR. PP. Franciscanos, con una
asistencia de 2000 entre adoradores y fieles.
EL GALLO.
Al
salir del templo una multitud de algunos millares de personas marchaban al
son de bandas de música portando más de 200 caprichosas farolas iluminadas
levantadas en alto. La casa de nuestro Rvmo. Sr. obispo, la que alberga a
los Rvmos. Prelados frente a los templos principales, en las esquinas más
notables y puntos salientes de la población, al son de la música entonaban
canciones populares. Manera singular con que nuestro pueblo celebra días y
fechas notables, a la que llaman Gallo, porque así como el canto de esta ave
nos despierta indicando que faltan pocas horas para el día esperado. El
Gallo empezó a las once de la noche y terminó cerca de las cuatro de la
mañana.
LAS MAÑANITAS.
Pronto
iba a salir la reina par ser su recorrido triunfal, el primero de este día.
Las seis de esa dichosa mañana habían sonado cuando apareció en la puerta de
honor la Visión Nivea donde se cubría la Madre. Dentro de un carruaje
ricamente embellecido iba la Virgen Santa. Un puñado de muchachos escoltaban
a la reina. A delante del cortejo otros hijos suyos hacían la descubierta
con bicicletas azul y blanco, cíelo y pureza, como toda la ciudad se había
vestido. Los charros tan viriles y tan nuestros abrían el paso al carruaje:
Esta pasó sobre alfombras floridas bajo lluvia de pétalos, al regar de
perfumes, al olor de tierra mojada y amanecer florido. Los arcos triunfales,
las músicas, los himnos los vítores y una visión esplendida de Querétaro
anuncian nuestra llegada al Sangremal de la historia y en el templo de la
Santa cruz, entro la Reina en espera del gran momento. "Hermosa como la
luna, bella como la aurora, majestuosa como el sol" la vimos en ese día
atravesar nuestra muy noble y leal ciudad, entre las seis y las ocho de la
mañana.
Ansiosas
multitudes cuyos componentes todos y cada uno, deseaban ser los primeros en
saludar a la buena y Santísima Madre del Pueblito, con paso ligero, antes de
las cuatro de la mañana se encaminaban hacía el querido templo franciscano
con el fin de decir, antes sus puertas, todo su pensamiento todo su
pensamiento y todo su cariño con el canto, acento inconfundible del amor,
por que lo dijo el genio de nipona, el que ama canta. A dar el reloj de San
francisco vigilante testigo de la vida de los queretanos, la ultima
campanada de las cuatro de la mañana, unas cuantas voces bien timbradas
rompieron ostensiblemente conmovidas, con esta cuarteta acomodada a la
melodía de nuestras populares Mañanitas. Y así transcurrieron las primeras
horas de esta madrugada.
Saliendo
por ahí, hacia la calzada que conduce al templo de la Santa Cruz, vimos ya
formada la Corte de Honor que conduciría a la Reina al lugar de triunfo. Y
la Madre portada en airosas andas llevadas por RR. PP. Franciscanos salió la
sagrada imagen del templo de la Santa Cruz, para encaminarse, por el atrio
del mismo y por la calzada que esta al norte del templo, bajo un toldo de
tupidas y bulliciosas onda de papel azul y blanco.
En
la puerta principal del templo la esperaban revestidos de capa pluvial y
mitra, nuestro Excmo. y Rvdmo. Prelado, pontífice de Roma, el Excmo. y Rvdmo.
Sr. Arzobispo de México y los de Morelía y Guadalajara y el señor obispo
titular de Jasso, el limo. Sr. Abad de Guadalupe, el limo. Sr. Secretario de
la Delegación Apostólica, los MM. II. Representantes del Obispo de León y de
los Cabildos Eclesiásticos de la I. y N. Basílica de Nuestra Señora de
Guadalupe y de la Catedral de Querétaro todos los sacerdotes, religiosos,
seminaristas y los Caballeros de Colón, que bajaron de sitiales para ir a
encontrar a la Reina y que estaban ya acomodados para llevar en procesión
hasta su trono.
ENTRADA DE LA REINA AL "CAMPO DE LA CORONACIÓN"
La
Sagrada Imagen de Nuestra Madre Santísima del Pueblito esta a la entrada del
campo bajo el Arco de Honor. La Reina que va Coronada, en hombros de
sacerdotes Franciscanos, en este momento entra al campo. Todos los ojos
estaban fijos en Ella durante su trayecto central del campo asombrados y
enternecidos la vimos con su cabellera artística y ricamente ensortijada,
con su lujosísimo vestido blanco y regio manto azul artísticamente bordados
con oro y pedrería, portando en su cuello y brazos valiosísimas joyas.
Entonces entendimos mejor la inconfundible expresión de su figura : su
frente espaciosa limpia hecha para lucir una Corona; sus ojos, con la bondad
y la misericordia plasmados en ellos; sus labios finos, cerrados, pero
prontos a abrirse como el capullo de una rosa; el óvalo de su rostro la
perfección de su nariz y el hoyuelo de la barbilla denotando estirpe regía,
y toda la expresión de su cara reflejando inocencia y candor virginales; sus
manos juntas, incomparables, que se antojan conchas blanquísimas que guardan
en sus cuencas la bendición de Dios o cofrecillo que custodia la llave de
los tesoros divinos o candidas palomas que llevan por doquiera la paz y la
dicha. Nuestra queridísima imagen pensamos elaborada hace más de trescientos
años, fue hecha para este día, para ser coronada reina.
SE INICIA LA MISA PONTIFICAL
Cuando llego al
templete la procesión, el M.R.P. Comisario de la Provincia Seráfica de
Michoacán Fr. Leopoldo Campos tomó en sus manos la Sacratísima Imagen y la
subió al trono que se le había preparado. El Excmo. y Rvdmo. Sr. delegado
Pontificio entono el "Deus in adjuntorium meum in tende" de la hora de
tercia. La misa fue votiva solemne de Nuestra Señora del Pueblito. Comenzó
el Orfeón a desgranar en legitimo, las notas del jubiloso introito.
Alegrémonos todos en el señor celebrando la fiesta de hoy en Honor de la
bienaventurada Virgen María; los ángeles se gozan también con esta
solemnidad y alaban al hijo de Dios. Iniciáronce luego, dulcísimos y muy
devotos Kyries de la misa, de sabor queretano, AVE MARÍA a cuatro voces
mixtas del P. Velásquez. Siguió el incomparable Gloria con su jubiloso
entrada, sus devotas invocaciones a las personas Divinas. Con igual maestría
desempeño el Orfeón, el Gradual y el Verso Aleluyático.
EL EMOCIONANTE SERMÓN.
Expuso su
interesantísimo sermón con palabras magistrales el Excmo. Sr. Martínez: Yo
pienso, amados hermanos míos, que María Santísima nos esta diciendo en estos
momentos a las generaciones de ayer, a las de hoy, a las de mañana, las
palabras del Apóstol San Pablo: "Hijos míos amadísimos y muy deseados, mi
gozo y mi Corona."; porque vosotros sois el gozo y la Corona de la Virgen
Santísima del Pueblito y por que las imágenes de María no se Coronan con oro
ni con piedras preciosas, se Coronan con almas, se Coronan con corazones. En
el cuerpo de su discurso hizo ver, por el sistema de exclusión, que la única
corona digna de María es su Divino Hijo, Jesús Nuestro Señor; después,
recordando que nosotros también somos parte de Jesús. Y terminó con
tiernísima plegaría en que rogó a la Virgen Santísima del Pueblito que todos
los presentes seamos su corona aquí, para ir a contemplar en el cielo la
culminación de la gigantesca coronación de su grandeza.
Jubilosas,
las palabras entrecortadas: "Madre", "Reina", "Señora", "Niña", "Sea Dios
bendito"; las campanas de toda la ciudad se sacudían en lo queridas, las
bandas de música prorrumpieron en estruendosas dianas; mil cohetes trazaban
en el espacio su accedente cauda de blanco humo; sus rapidísimos estallidos
y los estampidos formidables de las cámaras ensordecían; por el aire llovían
flores, confeti y serpentinas lanzadas por aeroplanos que describían
palabras magnificas sobre el campo....
EL BANQUETE.
El suntuoso
Patío de Honor del Convento Grande de N.S.P.S. Francisco (convertido por el
gobierno civil que lo ocupa, en Museo Regional) fue el lugar escogido para
el espléndido banquete.
A
las 2:30 de la tarde, el mencionado Patio de Honor presentaba elegante
aspecto, en el costado poniente del patio se ínstalo la mesa de honor y sus
lados y a todo lo largo de los costados oriente y sur, alineadas las otras
mesas, adornadas estas y aquellas con flores blancas. Un poco después de la
hora anunciada, llegaron los excelentísimos y reverendísimos prelados que
fueron ruidosamente ovacionados por los comensales y tomaron asiento en la
mesa de honor, en la que también se sentaron el M.R.P. Comisario Provincial
y el M. I. Sr. Presidente del comité organizador de las solemnidades y
festejos de la coronación.
Entusiasmo
desbordante enbargaba a todos los 400 asistentes que hacían los masivos
comentarios de los regios festejos y sus ansiosas solemnidades, los
elocuentes vinieron a colmar el entusiasmo de la convivialidad.
EL EJERCICIO VESPERTINO.
Faltaba
poco para las seis de la tarde: a esa hora empezaría el solemnísimo
ejercicio vespertino anunciado el campo deportivo de la Santa Cruz, con un
poco de retrazo dio comienzo el ejercicio El Divinísimo Señor Sacramentado,
traído del Templo por su capellán Rvdmo. Fr. Pablo Campuzano, fue
solemnemente expuesto por Él mismo, dirigió el rezo del santo Rosario el
Señor Cura Párr. del Sgdo. Corazón de Jesús, Pbro. D. Cesáreo Murguía.
Terminando el rezo del santo rosario subió al pulpito revestido de roquete y
muceta el Rvdmo. Metropolitano de Morelia.
Imponente
fue aquel triunfo de la Eucaristía en día tan señalado, llevada en manos de
nuestro Excmo. Prelado, que marchaba en actitud devotísima, con la bendición
que con su divina majestad, dio nuestro Excmo. Sr. Obispo a los presentes a
su Cuidad Episcopal, a toda su diócesis y a todos los hijos de María
Santísima del Pueblito, terminó el paseo triunfal del rey del cielo por la
meseta del Sangremal, visitado en ese día por la gloria de Dios.
REGRESO DE LA SANTA IMAGEN.
Siguió del
tercer paseo triunfal de la reina bajada de su trono por los sacerdotes
diocesanos, organizada la procesión, por el I.Sr. Primer ceremoniero de la
catedral Mansionaria D. Eugenio Villafuerte avisado el pueblo, de que la
sagrada imagen iba a ser llevada de nuevo al Templo de la Santa Cruz, la
tomo en sus manos nuestro excelentísimo prelado y acompañado de sus
sacerdotes atravesó el campo por la misma calle central por donde en la
mañana había conducido en triunfo a la misma sagrada imagen, alternándose el
Orfeón y el pueblo en el canto del "Pues Concebida", llevo la bendita efigie
a la entrada del campo donde la esperaban ya las bandas de música y el
pueblo devotamente entusiasmado. En artísticas andas portadas por RR. PP.
Franciscanos fue colocada la Santa Imagen con aplausos, vítores, rezo,
cánticos y piezas de música llego nuevamente al templo de la santa cruz,
saldría en la madrugada del día siguiente para el templo de San Francisco,
donde se celebraría la misa Pontifical de Acción de Gracias.
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