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FIESTAS DE ANIVERSARIO DE LA CORONACION

La palabra Corona, proviene del vocablo latino corona. Antiguamente se le daba el nombre de corona a un cerco de ramas o de flores naturales o imitadas, o de metal precioso, que más que adorno, era ya una insignia de honor, dignidad o grandeza. Es figura de honor y esplendor. También es señal de premio, recompensa, agradecimiento o consagración.

Hay tres factores principales en el simbolismo de la corona:

1.- Su sitio en el vértice de la cabeza significa que no solamente comparte los valores de la cabeza por ser la cima del cuerpo, sino también los valores que la rebasan: El don que viene de lo alto.

2.- La forma circular nos indica la perfección y la participación de lo divino, cuyo símbolo es el círculo, une en el que es coronado lo que está por debajo de él (ella) y lo que esta por encima. Marcando los límites une lo terreno y lo celestial, lo humano y lo divino.

3.- La materia de que está hecha la corona, ya sea de flores, hojas o metales preciosos, precisa en sí misma, por su consagración, la naturaleza del acto heroico cumplido y la del premio divino atribuido. A partir de todo esto se concibe que la corona simbolice una dignidad, un poder, una realeza, el ascenso a un rango, superior

Otros simbolismos de corona también son: elevación, poder, iluminación, luz; desde antiguo la corona aparece con puntas que representan rayos de luz. En simbolismo cabalístico significa lo absoluto. En Grecia y Roma es signo de consagración a los dioses y sus estatuas están coronadas generalmente con las hojas de árboles o frutos consagrados a ellos.

La corona tiende a asimilar al que la porta con la divinidad. Significa también en ocasiones el símbolo de la luz interior, que ilumina el alma de quien ha triunfado en un combate espiritual Es por eso en la corona irradiante se ve el grado más elevado de la evolución espiritual. La corona sirvió más tarde para designar toda superioridad y para recompensar una hazaña o méritos excepcionales.

En la Sagrada Escritura (Biblia) uno de los pasajes más ilustrativos acerca de este tema es el de Apocalipsis, Capítulo 12, versículo 1 que a la letra dice: "Una mujer revestida de sol. Con la luna a sus piesy una corona de doce estrellas en la cabeza".

A los cristianos se les promete la herencia del reino de Dios. Esta meta es considerada por la S. Escritura como entronización y coronación.

María, para siempre, ha conseguido el Reino de Dios, ha conseguido la "corona de gloria", la "corona incorruptible", la "corona de la vida". La palabra corona aparece 18 veces en el Nuevo Testamento y expresa excepto al referirse a la corona de espinas-, el don de la Fidelidad a Cristo y del amor a Dios, es signo de victoria y de luz como una aureola luminosa en torno a la cabeza del hombre. La madre de Jesús, que ha conseguido la corona de la vida glorificada, no puede ser considerada sólo en su existencia terrestre, sino también en la celestial.

Al hablar de María como Reina coronada, nos referimos a aquella que, sentada junto al rey de los siglos, intercede por nosotros como Madre y resplandece como Reina. Es Reina y Madre por ser la Madre del Rey y ejerce su realeza como una madre para nosotros.

Porque coronar a Nuestra Madre la siempre Virgen María es el reconocimiento de la Soberanía Universal de María, es un juramento de fidelidad incondicional y una consagración plena del servicio de nuestra Reina celestial, y es el acto del máximo honor que en la tierra pueden tributarle los pobres hijos de Adán a la Madre de Dios. Con ser tan opulento el culto de hiperdulía que corresponde a ella, ya no podemos ofrecerle cosa más excelente en este mundo.

El 28 de febrero de 1919, la Santa Sede nombró quinto Obispo de Querétaro al que entonces era Administrador Apostólico de la Diócesis de Veracruz D. Francisco Banegas Galván. Juzgamos que fue inspiración del cielo que el día 8 de junio de 1919, domingo de Pentecostés en que su Señoría D. Pedro Vera y Zuria presentó los respetos del Cabildo de Querétaro al Excmo. Señor Banegas, le haya obsequiado una pequeña imagen de Nuestra Señora del Pueblito. Con su vastísima ilustración recorrería su Excia. Rdma. la historia del culto y devoción a la patrona de los queretanos, y encontraría que faltaba por tributársele el homenaje de la Coronación en nombre y con autoridad del Soberano Pontífice, y desde entonces acariciaría el importante proyecto.

El Señor Obispo comunicó su pensamiento al M. I. y V. Cabildo, quien aprobó de conformidad. Lo comunicó asimismo al M. R. Padre Provincial de los Religiosos Franciscanos de la Provincia de Michoacán Fray Buenaventura Tovar y en unión con él dirigió a la Santa Sede esta petición:

"...Deseando, pues satisfacer y fomentar más y más la piedad de estos pueblos para con la Santa Madre de Dios y de los hombres, se digne coronar, en nombre suyo, con regia corona esta antigua imagen de la Santa Madre de Dios, honrada ya con tantas pruebas de devoción de la Silla Apostólica; dando poder a la persona que pareciere bien, para que haga en estos las voces de Vuestra Santidad."

Querétaro año de 1922.

El primero de octubre del mismo año, el Santo Padre accedía a los ruegos de los respetabilísimos prelados con estas palabras:

"...Con el fin de promover y aumentar la piedad del pueblo, que, la dicha imagen sea coronada de oro, como si se hiciera por nuestras propias manos. Por lo que Nos que nada deseamos tanto, como el qué todos se inflamen en el amor a la gran Madre de Dios, con toda buena voluntad satisfacemos este deseo.

Por tanto, venerable hermano, que representas a la Silla Apostólica en esa región, te damos la comisión de que impongas con solemnes ceremonias, con nuestra autoridad y en nuestro nombre, una corona de oro a la imagen de la Beatísima Virgen del Pueblito, y concedemos indulgencia plenaria de sus pecados, la que puede ganarse una sola vez con las condiciones acostumbradas, a todos aquellos que asistieren a esa solemnidad.

Dado en Roma junto a San Pedro el día 12 de octubre de 1922, año primero de Nuestro Pontificado."

El 17 de enero de 1923 fue expulsado de la República Mexicana el Excmo. Monseñor Dr. D. Ernesto Filippi a quien el Santo Padre había comisionado para que en su nombre coronara a la Venerable Imagen. Por consiguiente, el Excmo. Señor Banegas elevó una nueva petición al Soberano Pontífice rogándole nombrara persona que la coronara. Su Santidad se dignó conferir ese encargo al Dignísimo Metropolitano de la Provincia Eclesiástica de Michoacán Excmo. y Revmo. Sr. Dr. y Maestro D. Leopoldo Ruiz y Flores, el día 7 de junio de 1923.

No demoró por mucho tiempo el Excmo. Señor Banegas la ejecución de la voluntad augusta de su Santidad Pío XI. El 12 de octubre del mismo año, en una Carta Pastoral dio el anuncio de que la Coronación sería el 8 de enero de 1924. Se comenzó entonces a despertar el entusiasmo y la organización de la colecta de fondos; ocho sacerdotes misionaron en todas las Parroquias para preparar dignamente las almas.

Todo marchaba prósperamente hacia el suspirado día de la Coronación, cuando el 7 de diciembre de 1923 estalló el movimiento delahuertista en Veracruz y Jalisco, sembrando la inquietud en el país, principalmente en nuestro Estado donde a mediados de diciembre desaparecieron los Poderes. Tal situación que se prolongó por más de cuatro meses, obligó al Excmo. Señor Obispo Diocesano a atrasar la Coronación, anunciándolo a los fieles por medio de una circular fechada el 25 de diciembre de este año. También se suspendió la colecta de limosnas, para reanudarla días antes de la ceremonia.

Entonces se juzgó prudente aplazarla para el día en que celebraría la Diócesis la festividad litúrgica de Nuestra Señora del Pueblito en el año de 1925. Plutarco Elias Calles es electo presidente el primero de diciembre y en su gobierno se estuvo gestando la persecución religiosa que estalló a principios de febrero de 1926 y en Querétaro se calmó hasta julio de 1936. Entretanto, el 3 de octubre de 1932 salió desterrado a la vecina República del norte el Señor Delegado Apostólico D. Leopoldo Ruiz Flores, cuyo exilio se prolongó hasta su muerte, y el 14 de noviembre de 1932 entregó su alma a Dios el Excmo. Señor Banegas, sucediéndole en el gobierno de la Diócesis el Dr. D. Marciano Tinajero y Estrada. Este deseaba ardientemente que el cielo le concediera la dicha y el honor de cumplir lo que el Señor Banegas no pudo realizar.

La muerte del Excmo. Señor Leopoldo Ruiz y Flores el 15 de diciembre de 1931, retardó más aun la Coronación. Fue necesario que nuestro Rvdmo. Obispo, en enero de 1943, dirigiera al Sumo Pontífice se dignara delegar persona que la efectuase en sustitución del llorado Señor Arzobispo de Morelia. El 7 de octubre del mismo año contestó el Santo Padre Pío XII a la petición, comisionando al obispo de Querétaro para que en su nombre coronara a la Bienaventurada Virgen María del "Pueblito".

Habiendo pedido antes la opinión de que la Corona que se le impusiera fuera más grandiosa que la que se había hecho en Madrid al limo, y Revmo. Señor Abad de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe Lie. D. Feliciano Cortés; a principios de 1946 encomendó al orfebre de Puebla, D. Francisco J. López tenido por muy hábil y honrado, la manufactura de esas coronas, encargando las gestiones de ese negocio al Sr. Cura Párroco del Sagrado Corazón de Jesús Pbro. D. Cesáreo Munguía.

Lo que luego siguió fue establecer la fecha de la Coronación, y se pensó en el 15 de agosto fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, en el 22 del mismo mes en que se celebra la fiesta de su Inmaculado Corazón, en el 8, 12 y 24 de septiembre y 7 y 11 de octubre en que ocurren solemnidades mañanas. Después de serias deliberaciones, se fijó el 17 de octubre, teniendo en consideración que en ese día no habría los inconvenientes y dificultades para que concurrieran a la Coronación los Rvmos. Prelados, los sacerdotes encargados de Parroquias y los RR. PP. Franciscanos de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán.

Por otro lado, acordó el Comité que los fieles rezaran algunas preces durante todo el tiempo que precedería a la Coronación. Un solemne Novenario precedería y un solemne Octavario seguiría a la Solemnidad de la Coronación. Se haría un himno con texto y música de queretanos; habría un Congreso Mariano; se imprimiría el "Compendio Histórico de la V. Imagen de Nuestra Señora del Pueblito y de su culto"que escribió el M. I. Sr. Cango. D. Vicente Acosta; no faltarían un suntuoso banquete y una velada grandiosa; festejos de carácter profano. Se nombrarían comisiones que se encargarían de la colecta de fondos, de las invitaciones y anuncios, de transporte y hospedaje, de obsequios y recuerdos conmemorativos, de ornato, de ceremonial de orden, del arreglo de la Sagrada Imagen, de prensa, fotografía y taquimecanografía, y de la formación del álbum conmemorativo.

El Señor Obispo de Querétaro D. Marciano Tinajero publicó su Décima Carta Pastoral, en la que anunció a los fieles la Coronación. En el día en que se señaló, se renovó ante la Sagrada Imagen de Nuestra Señora del Pueblito el juramento del Patronato que la Virgen ejerce sobre toda la Provincia Franciscana de Michoacán.

La Coronación

A las 19:00, del 16 de octubre de 1946, y^-A en el templo N.S.P San Francisco * un ^Vrepleto en el presbiterio de sacerdotes, religiosos y seminaristas se dio comienzo a los solemnes maitenes. D. Julián Zúñiga hace su aparición por los cruceros de la legendaria iglesia, nuestro Rvdmo. prelado seguido por el M.l. y V. Cabildo, por los M.M. II., representantes de los cabildos de las basílicas de Guadalupe y de la catedral de león, y por los señores párrocos de la ciudad. Oró breves momentos su Excía. Rvdma. en la capilla del Santísimo Sacramento que se guarda en la capilla anexa de nuestra señora del Perpetuo Socorro. Da inicio el Orfeón con jubilosa majestad: Celebramos gozosos la fiesta Santa de la Inmaculada Virgen María. Llevando acabo el acto litúrgico de la iglesia con himnos, lecciones, responsorios y antífonas las cuales nos hablan de la belleza, excelsitud y gracia de la virgen, a quien se iba a Coronar en pocas horas.

ARRIBO DEL EXCMO. RVMO. REPRESENTANTE DEL PAPA.

Mientras tanto la ciudad era todo movimiento principalmente por el rumbo de la Cruz, por donde llegaría en esa noche el Excmo. Y Rvmo. Sr. Dr. Luis María Martínez Arzobispo de México representante Pontífice de nuestra Nación. Desde las seis de la tarde ya esperaba la multitud por los arcos, su llegada fue a las 21:00 hrs. Por la carretera México. Más allá de los Arcos lo esperaba un carruaje abierto, al que se digno subir y que lucia los colores Pontificios con un hermoso arreglo de flores. La carretera estaba invadida por la multitud que al paso del ilustre Príncipe aclamaban al Papa, por delante un grupo de ciclistas, de charros y la banda militar del Instituto Queretano tributaban un homenaje de fervor al alto Príncipe del glorioso episcopado Nacional. A tras, una abigarrada multitud aplaudíay vitoreaba por las calles de Felipe Luna, 5 de Mayo y Pasteur Norte, se llego a la 16 de septiembre en la conocida casa de D. Manuel M. Úrquiza, donde sería alojado. La multitud no se retiro si no hasta que su Excía. Salió por uno de los balcones y los bendijo, al instante dejó escapar una sonrisa entre sus labios de agradecimiento y comprensión.

LA VIGILIA DE ADORACIÓN NOCTURNA.

A las 22:00 hrs. A penas terminados los solemnes maitines, dio principio en el Templo de San Francisco, la Vigilia extraordinaria de peregrinación, que había sido convocada por el consejo Diocesano de la Adoración Nocturna Mexicana en Oro. Asistieron numerosas representaciones de todas las secciones establecidas en la Diócesis las cuales eran: Querétaro, San José de Iturbide, Amealco, Hércules, Cedereyta Montes, Arroyo Seco y Colón bajo sus respectivas banderas con un total de 493 Adoradores.

La Vigilia se celebró con fervor instituido por las solemnidades precedentes del novenario, por el Excmo. Y Rvdmo. Sr. Obispo Titular de Jasso, Dr. D. Salvador Martínez Silva. Con un sermón acerca de la adoración que debemos a Dios en la Santísima Eucaristía. Después se celebró la misa solemne de media noche por R. P. Fr. Rafael M. Soto Ministrado RR. PP. Franciscanos, con una asistencia de 2000 entre adoradores y fieles.

EL GALLO.

Al salir del templo una multitud de algunos millares de personas marchaban al son de bandas de música portando más de 200 caprichosas farolas iluminadas levantadas en alto. La casa de nuestro Rvmo. Sr. obispo, la que alberga a los Rvmos. Prelados frente a los templos principales, en las esquinas más notables y puntos salientes de la población, al son de la música entonaban canciones populares. Manera singular con que nuestro pueblo celebra días y fechas notables, a la que llaman Gallo, porque así como el canto de esta ave nos despierta indicando que faltan pocas horas para el día esperado. El Gallo empezó a las once de la noche y terminó cerca de las cuatro de la mañana.

LAS MAÑANITAS.

Pronto iba a salir la reina par ser su recorrido triunfal, el primero de este día. Las seis de esa dichosa mañana habían sonado cuando apareció en la puerta de honor la Visión Nivea donde se cubría la Madre. Dentro de un carruaje ricamente embellecido iba la Virgen Santa. Un puñado de muchachos escoltaban a la reina. A delante del cortejo otros hijos suyos hacían la descubierta con bicicletas azul y blanco, cíelo y pureza, como toda la ciudad se había vestido. Los charros tan viriles y tan nuestros abrían el paso al carruaje: Esta pasó sobre alfombras floridas bajo lluvia de pétalos, al regar de perfumes, al olor de tierra mojada y amanecer florido. Los arcos triunfales, las músicas, los himnos los vítores y una visión esplendida de Querétaro anuncian nuestra llegada al Sangremal de la historia y en el templo de la Santa cruz, entro la Reina en espera del gran momento. "Hermosa como la luna, bella como la aurora, majestuosa como el sol" la vimos en ese día atravesar nuestra muy noble y leal ciudad, entre las seis y las ocho de la mañana.

Ansiosas multitudes cuyos componentes todos y cada uno, deseaban ser los primeros en saludar a la buena y Santísima Madre del Pueblito, con paso ligero, antes de las cuatro de la mañana se encaminaban hacía el querido templo franciscano con el fin de decir, antes sus puertas, todo su pensamiento todo su pensamiento y todo su cariño con el canto, acento inconfundible del amor, por que lo dijo el genio de nipona, el que ama canta. A dar el reloj de San francisco vigilante testigo de la vida de los queretanos, la ultima campanada de las cuatro de la mañana, unas cuantas voces bien timbradas rompieron ostensiblemente conmovidas, con esta cuarteta acomodada a la melodía de nuestras populares Mañanitas. Y así transcurrieron las primeras horas de esta madrugada.

Saliendo por ahí, hacia la calzada que conduce al templo de la Santa Cruz, vimos ya formada la Corte de Honor que conduciría a la Reina al lugar de triunfo. Y la Madre portada en airosas andas llevadas por RR. PP. Franciscanos salió la sagrada imagen del templo de la Santa Cruz, para encaminarse, por el atrio del mismo y por la calzada que esta al norte del templo, bajo un toldo de tupidas y bulliciosas onda de papel azul y blanco.

En la puerta principal del templo la esperaban revestidos de capa pluvial y mitra, nuestro Excmo. y Rvdmo. Prelado, pontífice de Roma, el Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de México y los de Morelía y Guadalajara y el señor obispo titular de Jasso, el limo. Sr. Abad de Guadalupe, el limo. Sr. Secretario de la Delegación Apostólica, los MM. II. Representantes del Obispo de León y de los Cabildos Eclesiásticos de la I. y N. Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe y de la Catedral de Querétaro todos los sacerdotes, religiosos, seminaristas y los Caballeros de Colón, que bajaron de sitiales para ir a encontrar a la Reina y que estaban ya acomodados para llevar en procesión hasta su trono.

ENTRADA DE LA REINA AL "CAMPO DE LA CORONACIÓN"

La Sagrada Imagen de Nuestra Madre Santísima del Pueblito esta a la entrada del campo bajo el Arco de Honor. La Reina que va Coronada, en hombros de sacerdotes Franciscanos, en este momento entra al campo. Todos los ojos estaban fijos en Ella durante su trayecto central del campo asombrados y enternecidos la vimos con su cabellera artística y ricamente ensortijada, con su lujosísimo vestido blanco y regio manto azul artísticamente bordados con oro y pedrería, portando en su cuello y brazos valiosísimas joyas. Entonces entendimos mejor la inconfundible expresión de su figura : su frente espaciosa limpia hecha para lucir una Corona; sus ojos, con la bondad y la misericordia plasmados en ellos; sus labios finos, cerrados, pero prontos a abrirse como el capullo de una rosa; el óvalo de su rostro la perfección de su nariz y el hoyuelo de la barbilla denotando estirpe regía, y toda la expresión de su cara reflejando inocencia y candor virginales; sus manos juntas, incomparables, que se antojan conchas blanquísimas que guardan en sus cuencas la bendición de Dios o cofrecillo que custodia la llave de los tesoros divinos o candidas palomas que llevan por doquiera la paz y la dicha. Nuestra queridísima imagen pensamos elaborada hace más de trescientos años, fue hecha para este día, para ser coronada reina.

SE INICIA LA MISA PONTIFICAL

Cuando llego al templete la procesión, el M.R.P. Comisario de la Provincia Seráfica de Michoacán Fr. Leopoldo Campos tomó en sus manos la Sacratísima Imagen y la subió al trono que se le había preparado. El Excmo. y Rvdmo. Sr. delegado Pontificio entono el "Deus in adjuntorium meum in tende" de la hora de tercia. La misa fue votiva solemne de Nuestra Señora del Pueblito. Comenzó el Orfeón a desgranar en legitimo, las notas del jubiloso introito. Alegrémonos todos en el señor celebrando la fiesta de hoy en Honor de la bienaventurada Virgen María; los ángeles se gozan también con esta solemnidad y alaban al hijo de Dios. Iniciáronce luego, dulcísimos y muy devotos Kyries de la misa, de sabor queretano, AVE MARÍA a cuatro voces mixtas del P. Velásquez. Siguió el incomparable Gloria con su jubiloso entrada, sus devotas invocaciones a las personas Divinas. Con igual maestría desempeño el Orfeón, el Gradual y el Verso Aleluyático.

EL EMOCIONANTE SERMÓN.

Expuso su interesantísimo sermón con palabras magistrales el Excmo. Sr. Martínez: Yo pienso, amados hermanos míos, que María Santísima nos esta diciendo en estos momentos a las generaciones de ayer, a las de hoy, a las de mañana, las palabras del Apóstol San Pablo: "Hijos míos amadísimos y muy deseados, mi gozo y mi Corona."; porque vosotros sois el gozo y la Corona de la Virgen Santísima del Pueblito y por que las imágenes de María no se Coronan con oro ni con piedras preciosas, se Coronan con almas, se Coronan con corazones. En el cuerpo de su discurso hizo ver, por el sistema de exclusión, que la única corona digna de María es su Divino Hijo, Jesús Nuestro Señor; después, recordando que nosotros también somos parte de Jesús. Y terminó con tiernísima plegaría en que rogó a la Virgen Santísima del Pueblito que todos los presentes seamos su corona aquí, para ir a contemplar en el cielo la culminación de la gigantesca coronación de su grandeza.

Jubilosas, las palabras entrecortadas: "Madre", "Reina", "Señora", "Niña", "Sea Dios bendito"; las campanas de toda la ciudad se sacudían en lo queridas, las bandas de música prorrumpieron en estruendosas dianas; mil cohetes trazaban en el espacio su accedente cauda de blanco humo; sus rapidísimos estallidos y los estampidos formidables de las cámaras ensordecían; por el aire llovían flores, confeti y serpentinas lanzadas por aeroplanos que describían palabras magnificas sobre el campo....

EL BANQUETE.

El suntuoso Patío de Honor del Convento Grande de N.S.P.S. Francisco (convertido por el gobierno civil que lo ocupa, en Museo Regional) fue el lugar escogido para el espléndido banquete.

A las 2:30 de la tarde, el mencionado Patio de Honor presentaba elegante aspecto, en el costado poniente del patio se ínstalo la mesa de honor y sus lados y a todo lo largo de los costados oriente y sur, alineadas las otras mesas, adornadas estas y aquellas con flores blancas. Un poco después de la hora anunciada, llegaron los excelentísimos y reverendísimos prelados que fueron ruidosamente ovacionados por los comensales y tomaron asiento en la mesa de honor, en la que también se sentaron el M.R.P. Comisario Provincial y el M. I. Sr. Presidente del comité organizador de las solemnidades y festejos de la coronación.

Entusiasmo desbordante enbargaba a todos los 400 asistentes que hacían los masivos comentarios de los regios festejos y sus ansiosas solemnidades, los elocuentes vinieron a colmar el entusiasmo de la convivialidad.

EL EJERCICIO VESPERTINO.

Faltaba poco para las seis de la tarde: a esa hora empezaría el solemnísimo ejercicio vespertino anunciado el campo deportivo de la Santa Cruz, con un poco de retrazo dio comienzo el ejercicio El Divinísimo Señor Sacramentado, traído del Templo por su capellán Rvdmo. Fr. Pablo Campuzano, fue solemnemente expuesto por Él mismo, dirigió el rezo del santo Rosario el Señor Cura Párr. del Sgdo. Corazón de Jesús, Pbro. D. Cesáreo Murguía. Terminando el rezo del santo rosario subió al pulpito revestido de roquete y muceta el Rvdmo. Metropolitano de Morelia.

Imponente fue aquel triunfo de la Eucaristía en día tan señalado, llevada en manos de nuestro Excmo. Prelado, que marchaba en actitud devotísima, con la bendición que con su divina majestad, dio nuestro Excmo. Sr. Obispo a los presentes a su Cuidad Episcopal, a toda su diócesis y a todos los hijos de María Santísima del Pueblito, terminó el paseo triunfal del rey del cielo por la meseta del Sangremal, visitado en ese día por la gloria de Dios.

REGRESO DE LA SANTA IMAGEN.

Siguió del tercer paseo triunfal de la reina bajada de su trono por los sacerdotes diocesanos, organizada la procesión, por el I.Sr. Primer ceremoniero de la catedral Mansionaria D. Eugenio Villafuerte avisado el pueblo, de que la sagrada imagen iba a ser llevada de nuevo al Templo de la Santa Cruz, la tomo en sus manos nuestro excelentísimo prelado y acompañado de sus sacerdotes atravesó el campo por la misma calle central por donde en la mañana había conducido en triunfo a la misma sagrada imagen, alternándose el Orfeón y el pueblo en el canto del "Pues Concebida", llevo la bendita efigie a la entrada del campo donde la esperaban ya las bandas de música y el pueblo devotamente entusiasmado. En artísticas andas portadas por RR. PP. Franciscanos fue colocada la Santa Imagen con aplausos, vítores, rezo, cánticos y piezas de música llego nuevamente al templo de la santa cruz, saldría en la madrugada del día siguiente para el templo de San Francisco, donde se celebraría la misa Pontifical de Acción de Gracias.

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